Enfoque Humanista
Carl Ransom Rogers nace en 1902 en Ilinois, Estados Unidos, y muere el 4 de febrero de 1987 en San Diego C.A. Influyente psicólogo en la historia estadounidense, quien junto a Abraham Maslow llegaría a fundar el enfoque Humanista en la psicología.
Rogers siempre conservo su humanismo y su optimismo, a medida que sus intereses se extendían de la psicoterapia individual y la terapia de grupo al trabajo en los sistemas sociales, educativos y gubernamental.
En la terapia centrada en el cliente, este debe actuar como la fuerza motriz de la relación terapéutica, y no a la inversa. Cambio el enfoque centrado en el cliente por el método centrado en la persona.
Las personas se definen a si mismas mediante la observación y la evaluación de sus propias experiencias.
El self es un proceso continuo, no una cosa inmutable y estable. Para Rogers las personas son capaces de crecer y desarrollarse de manera personal y que tales cambios positivos constituyen una progresión natural y esperada.
El self ideal impide la salud y el desarrollo personal en la medida que difiere del self real. Cuando existe mucha incoherencia la persona experimenta insatisfacción, malestar y hasta problema neuróticos.
Los términos congruencia e incongruencia denotan el grado de equilibrio entre la comunicación, la experiencia y la conciencia. Cuando existe congruencia, las observaciones de una persona externa y las propias observaciones coinciden.
Rogers considera la necesidad de una consideración positiva o de amor como un fenómeno universal. Las condiciones de valor son obstáculos que se oponen al pensamiento realista.
El individuo sano tiene conciencia de sus emociones, ya sea que las exprese o no. Cuando éstas no se incorporan a la conciencia, se distorsionan la percepción y las reacciones a la experiencia que dio origen a dichas emociones.
La persona en proceso es un individuo que funciona plenamente y el individuo dirige sus catexias a una autoactualización constante.
En la terapia centrada en la persona, es ella quien decide el rumbo que ha de tomar la relación a fin de resolver sus propios dilemas con una intervención mínima por parte del terapeuta. Para Rogers la terapia es un crecimiento de salud mental para ambos. Como se mencionó al principio, él también impartió terapias de grupo, nos decía que cuanto más tiempo colaboren los miembros del grupo, tanto mayor será la intensidad emocional y la tolerancia de ésta dentro del grupo y manifestaba el poder curativo de la comunicación abierta.
El self es un proceso continuo, no una cosa inmutable y estable. Para Rogers las personas son capaces de crecer y desarrollarse de manera personal y que tales cambios positivos constituyen una progresión natural y esperada.
El self ideal impide la salud y el desarrollo personal en la medida que difiere del self real. Cuando existe mucha incoherencia la persona experimenta insatisfacción, malestar y hasta problema neuróticos.
Los términos congruencia e incongruencia denotan el grado de equilibrio entre la comunicación, la experiencia y la conciencia. Cuando existe congruencia, las observaciones de una persona externa y las propias observaciones coinciden.
Rogers considera la necesidad de una consideración positiva o de amor como un fenómeno universal. Las condiciones de valor son obstáculos que se oponen al pensamiento realista.También nos menciona cuatro elementos básicos que constituyen el fundamento de las relaciones fructíferas:
- Compromiso continuo.
- Expresión de las emociones.
- Resistencia a desempeñar papeles específicos
- Capacidad para compartir la propia vida interior.
El individuo sano tiene conciencia de sus emociones, ya sea que las exprese o no. Cuando éstas no se incorporan a la conciencia, se distorsionan la percepción y las reacciones a la experiencia que dio origen a dichas emociones.
La persona en proceso es un individuo que funciona plenamente y el individuo dirige sus catexias a una autoactualización constante.
En la terapia centrada en la persona, es ella quien decide el rumbo que ha de tomar la relación a fin de resolver sus propios dilemas con una intervención mínima por parte del terapeuta. Para Rogers la terapia es un crecimiento de salud mental para ambos. Como se mencionó al principio, él también impartió terapias de grupo, nos decía que cuanto más tiempo colaboren los miembros del grupo, tanto mayor será la intensidad emocional y la tolerancia de ésta dentro del grupo y manifestaba el poder curativo de la comunicación abierta.
Escuela de Psicología. Universidad Xochicalco-Tijuana. Teoría de la Personalidad. Grupo A. Elaboró Shaid Zoé G. Derat
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